Caracas / Miami – En la historia de la música venezolana, hay nombres que resuenan por su presencia en el escenario, y otros, como el de Yako Páez, que brillan por su genio detrás de bambalinas. Multiinstrumentista, cantautor y productor musical, José Alberto “Yako” Páez ha sido el artífice silencioso del sonido que ha acompañado a decenas de artistas venezolanos hacia su consolidación nacional e internacional.
Originario de Mérida, Venezuela, Yako ha construido una carrera que trasciende géneros y fronteras. Su versatilidad como director de bandas y su profundo entendimiento de la música como lenguaje emocional le han permitido acompañar y elevar las carreras de figuras como Hany Kauam, Diveana, Roberto Antonio, Omar Acedo, Reny, Rudy Márquez, Gualberto Ibarreto y, especialmente, la del cantautor Román El Ro, con quien ha desarrollado una de las colaboraciones más sólidas y creativas del panorama actual.
Un director con visión global
La internacionalización de Yako Páez no es casualidad. Su paso por la industria hotelera de lujo en Punta Cana, República Dominicana, entre 2016 y 2017, marcó un punto de inflexión. Allí, perfeccionó su capacidad de adaptación y liderazgo musical, coordinando bandas en vivo para públicos internacionales exigentes. Esta experiencia amplió su lenguaje artístico y consolidó su reputación como un músico profesional capaz de liderar equipos diversos y cumplir con estándares de calidad global.
Desde entonces, ha dirigido y producido bandas que han acompañado a artistas en escenarios dentro y fuera de Venezuela, con un nivel de precisión y emotividad que lo convierte en un pilar imprescindible en cada show.
El corazón de las producciones
Más allá del escenario, Yako Páez ha sido la mente maestra detrás de múltiples producciones discográficas. Su capacidad para construir arreglos que respetan la esencia del artista, pero que a la vez proyectan frescura, le ha ganado la confianza de intérpretes consagrados y emergentes por igual.
Cada producción bajo su dirección es un trabajo artesanal. Su oído quirúrgico y su sensibilidad artística han dado lugar a temas que hoy forman parte del repertorio emocional de miles de venezolanos en el mundo. Ha sido clave en la evolución de los sonidos de artistas que, gracias a su guía, han logrado posicionarse fuera de Venezuela, abriendo puertas a nuevas audiencias en EE.UU., Europa y América Latina.
Impulsando carreras
No son pocos los artistas que atribuyen buena parte de su evolución a la presencia de Yako en sus procesos creativos. Román El Ro lo ha descrito como “el alma invisible de nuestras canciones”. Su capacidad para captar la intención detrás de una letra y transformarla en un universo sonoro coherente es quizás uno de sus mayores talentos.
Además, Páez ha sido mentor, consejero y guía para decenas de jóvenes músicos que hoy forman parte del ecosistema musical venezolano en el exterior. Su labor va más allá del estudio de grabación: ha sembrado la semilla de la excelencia en cada músico que ha dirigido, generando un legado que se expande silenciosamente con cada nota interpretada.
Un productor con propósito
Lejos del ruido de los reflectores, Yako Páez sigue enfocado en lo que considera su mayor responsabilidad: preservar la identidad musical venezolana a través de la innovación. Su propuesta fusiona elementos tradicionales —como el cuatro y los ritmos folclóricos— con sonidos contemporáneos del pop, urbano y fusión, llevando el ADN de su país natal a nuevos horizontes.
Actualmente, se encuentra trabajando en tres ambiciosos proyectos: dos discos de música infantil junto a Román El Ro, y un álbum de música original que combina la lírica poética del cantautor con una base sonora universal y poderosa. También lidera la producción del próximo concierto de Hany Kauam en Caracas, evento que promete ser un testimonio del impacto de su trabajo en vivo.
Una carrera hecha legado
Yako Páez no solo ha dirigido bandas ni producido canciones. Ha construido puentes. Entre generaciones. Entre estilos. Entre países. Su música ha acompañado procesos migratorios, celebraciones, nostalgias y nuevos comienzos.
Es, sin duda, uno de los arquitectos sonoros más importantes de la música venezolana contemporánea. Un profesional que ha sabido mantenerse fiel a su esencia mientras expande su alcance por todo el continente. Y aunque gran parte de su trabajo ocurre lejos del foco mediático, su huella está en cada acorde que emociona y en cada artista que triunfa con dignidad, gracias a la precisión y el corazón de un productor que lo dio todo para hacerlos brillar.